La Providencia Invisible
Joel S. Goldsmith - Excertos de La providencia invisible
- Fonte: La unión consciente de Dios
El principio de providencia
Los diccionarios definen al vocablo principio como sinónimo de Dios, acepción aceptada por la Iglesia. Entretanto, en el Camino Infinito, usamos ese termino para designar los principios de la vida que cimientan nuestro trabajo y nuestra conciencia. Precisamos de principios a través de los cuales podamos trabajar y sobre los cuales podamos mantenernos para superar la fe ciega.
Existen principios en todos los negocios, en todas las artes, en todos los tipos de trabajo. Aquellos que viven según estos principios, todavía que enfrenten innumerables dificultades, acaban por alcanzar el éxito.
Eso se aplica sobretodo a nuestro trabajo. En ese caso los principios son necesarios porque estamos continuamente envueltos con simulacros de discordia, a saber: pecado, varias formas de enfermedades, envejecimiento, la propia muerte, carencias, limitaciones y pobreza. Dice la Biblia que siempre habrá pobres entre nosotros - y con seguridad los tendremos hasta que el principio de provisión sea comprendido, y por cierto habremos de estar enfermos hasta que el principio de salud sea aprendido.
Porque sufrimos de carencia
El principio de providencia, según el Camino Infinito, consiste en nuestra unicidad con Dios, pues tenemos todo lo que el Padre tiene: " Yo y el Padre somos uno; todo lo que mi Padre posee es mío" . Si personalmente algo nos falta, no se trata de una falta verdadera, sino apenas de una incapacidad para entrar en contacto con nuestro fuente de aprovisionamiento.
El principio de provisión es la constatación de que ya poseemos, por más que las apariencias talvez no confirmen ese hecho. Una vez que yo y el Padre somos uno y que todo lo que El posee es mío, nosotros poseemos: "Hijo, tu siempre estás conmigo y todas mis cosas son tuyas" (Lucas, 15:31.). En la cualidad de hijos de Dios, somos coherederos con Cristo de todo el patrimonio celeste del Padre. Ahí hay una verdad espiritual presentada para la conciencia humana.
La providencia invisible
El mundo busca su bien fuera de sí mismo. Busca la paz, la alegría, la satisfacción, el hogar, el compañerismo, o la providencia allá afuera, en el ámbito de las cosas y de las personas. Mas dice el Maestro: "Mi reino no es de esté mundo" (Juan, 18:36.). Cuando tomamos por el camino espiritual, aprendemos que las armas del mundo no son para nosotros, que el modo con que el mundo se protege no es para nosotros, que la forma que busca la felicidad no es para nosotros.
Si reflexionamos sobre la frase "el Reino de Dios está dentro de ti", inmediatamente quedará claro que buscar el bien afuera es algo que no funciona. Es preciso buscarlo adentro de nosotros mismos. Los guías espirituales de todas las épocas concuerdan con eso.
La vivencia espiritual se basa en la capacidad de entrar en contacto con Dios. Comprendamos de una ves por todas que existe un Dios. Y no solamente existe, sino que está siempre a nuestra disposición. Nuestro poeta místico, asevera que Él se encuentra más próximo que la respiración, de nuestras manos y nuestros pies. El maestro nos enseña que el Reino de Dios está dentro de nosotros.
Si no tenemos sentimiento de la vida eterna, si no gozamos de armonía, de paz y de prosperidad que nos corresponde como hijos de Dios, confesemos sin tardanza que no estamos unidos a Él, que no lo conocemos bien. "Unete, a Él y ten paz, y así te sobrevendrá el bien" (Jo, 22:21). Él dirigirá tus pasos y estarás sereno. Si, no nos unimos a Él. ConocerLo bien significa orientar todos nuestros propósitos para la paz. Se trata, verdaderamente, de recibir la bendición de la vida eterna, de la vida armoniosa - de la buena vida.
En mis primeros años de trabajo, la buenaventura me vibo rapidamente y con el la prosperidad. Entonces me mude de ciudad y tuve mayores consumos. Aparentemente, yo cometi un error, pues por más que continuaba siendo reconocido en el trabajo de cura, fracasaba en demostrar la providencia. Pase a confrontarme con grandes dificultades para lograr el sustento familiar, con una renta insuficiente. Hacia un buen trabajo de cura, empeñandome en eso día y noche, no obstante el retorno no era suficiente para sustentar a la familia ni a mi mismo.
Un día, mientras caminaba, se me ocurrio que, si realmente yo conociese a Dios, no enfrentaría un probllema tan grande. Yo creia en el versiculo bíblico que dice: "Nunca vi un hombre honesto mendigando pan". El error no podia ser de Dios o de la verdad; debia ser mio. Evidentemente, yo no era honesto en aquel sentido, evidentemente yo no tenia la idea correcta de providencia. Entonces, algo estaba errado.
El coralario era obvio: mi falta de comprención de Dios provocaba la situación.
A primera vista, parece imposible que una persona activamente empeñada en el trabajo espiritual, capaz de promover curas verdaderas, pueda no conocer a Dios, ni comprenderLo correctamente. Sin embarga pense: " Debe ser eso mismo. Las Escrituras estan en lo cierto. La falta es enteramente mia sin duda, no conosco a Dios" Queria por eso una prueba ver si conocia a Dios o no.
Me pregunte a mi mismo: ¿Qué es Dios? Comenze a dar todas las respuestas que probablemente se le ocurriran al lector.
Mientras percibia que las respuestas no podían ser Verdades, porque no eran de mi propio conocimiento. Yo estaba apenas citando: "Dios es amor" (Juan dice eso; yo no conocia eso); "Dios es la ley" (supongo que que Moises dijo eso; pero yo no conocia eso). La señora Eddy afirmo: "Dios es principio"- pero yo no conocia eso. Conclui que las cosas que yo sabia con respecto a Dios no correspondian a un conocimiento real de Dios, eran meras citas sobre Él, algo que los otros, y no yo, sabian a proposito de Dios. Yo sólo conocia citas, no conocia a Dios.
Ahora, conocer frases verdaderas sobre Dios y conocer al propio Dios son cosas muy diferentes. Refleccione entonces en que es Dios y que sabia yo al respecto. Ninguna respuesta. Empece, entonces a pensar en humanidad, en que es la humanidad, en lo que yo soy. Constate que Dios es el Yo de mi ser, y Yo soy - no mi humanidad, ni mi mente, poder o comprencion personal.
Dios constituye el Yo que yo soy. Dios es el yo que yo soy. Dios es la vida misma, la verdadera alma, la mente, la conciencia de las personas
Joel S. Goldsmith - Excertos de La providencia invisible
- Fonte: La unión consciente de Dios
El principio de providencia
Los diccionarios definen al vocablo principio como sinónimo de Dios, acepción aceptada por la Iglesia. Entretanto, en el Camino Infinito, usamos ese termino para designar los principios de la vida que cimientan nuestro trabajo y nuestra conciencia. Precisamos de principios a través de los cuales podamos trabajar y sobre los cuales podamos mantenernos para superar la fe ciega.
Existen principios en todos los negocios, en todas las artes, en todos los tipos de trabajo. Aquellos que viven según estos principios, todavía que enfrenten innumerables dificultades, acaban por alcanzar el éxito.
Eso se aplica sobretodo a nuestro trabajo. En ese caso los principios son necesarios porque estamos continuamente envueltos con simulacros de discordia, a saber: pecado, varias formas de enfermedades, envejecimiento, la propia muerte, carencias, limitaciones y pobreza. Dice la Biblia que siempre habrá pobres entre nosotros - y con seguridad los tendremos hasta que el principio de provisión sea comprendido, y por cierto habremos de estar enfermos hasta que el principio de salud sea aprendido.
Porque sufrimos de carencia
El principio de providencia, según el Camino Infinito, consiste en nuestra unicidad con Dios, pues tenemos todo lo que el Padre tiene: " Yo y el Padre somos uno; todo lo que mi Padre posee es mío" . Si personalmente algo nos falta, no se trata de una falta verdadera, sino apenas de una incapacidad para entrar en contacto con nuestro fuente de aprovisionamiento.
El principio de provisión es la constatación de que ya poseemos, por más que las apariencias talvez no confirmen ese hecho. Una vez que yo y el Padre somos uno y que todo lo que El posee es mío, nosotros poseemos: "Hijo, tu siempre estás conmigo y todas mis cosas son tuyas" (Lucas, 15:31.). En la cualidad de hijos de Dios, somos coherederos con Cristo de todo el patrimonio celeste del Padre. Ahí hay una verdad espiritual presentada para la conciencia humana.
La providencia invisible
El mundo busca su bien fuera de sí mismo. Busca la paz, la alegría, la satisfacción, el hogar, el compañerismo, o la providencia allá afuera, en el ámbito de las cosas y de las personas. Mas dice el Maestro: "Mi reino no es de esté mundo" (Juan, 18:36.). Cuando tomamos por el camino espiritual, aprendemos que las armas del mundo no son para nosotros, que el modo con que el mundo se protege no es para nosotros, que la forma que busca la felicidad no es para nosotros.
Si reflexionamos sobre la frase "el Reino de Dios está dentro de ti", inmediatamente quedará claro que buscar el bien afuera es algo que no funciona. Es preciso buscarlo adentro de nosotros mismos. Los guías espirituales de todas las épocas concuerdan con eso.
La vivencia espiritual se basa en la capacidad de entrar en contacto con Dios. Comprendamos de una ves por todas que existe un Dios. Y no solamente existe, sino que está siempre a nuestra disposición. Nuestro poeta místico, asevera que Él se encuentra más próximo que la respiración, de nuestras manos y nuestros pies. El maestro nos enseña que el Reino de Dios está dentro de nosotros.
Si no tenemos sentimiento de la vida eterna, si no gozamos de armonía, de paz y de prosperidad que nos corresponde como hijos de Dios, confesemos sin tardanza que no estamos unidos a Él, que no lo conocemos bien. "Unete, a Él y ten paz, y así te sobrevendrá el bien" (Jo, 22:21). Él dirigirá tus pasos y estarás sereno. Si, no nos unimos a Él. ConocerLo bien significa orientar todos nuestros propósitos para la paz. Se trata, verdaderamente, de recibir la bendición de la vida eterna, de la vida armoniosa - de la buena vida.
En mis primeros años de trabajo, la buenaventura me vibo rapidamente y con el la prosperidad. Entonces me mude de ciudad y tuve mayores consumos. Aparentemente, yo cometi un error, pues por más que continuaba siendo reconocido en el trabajo de cura, fracasaba en demostrar la providencia. Pase a confrontarme con grandes dificultades para lograr el sustento familiar, con una renta insuficiente. Hacia un buen trabajo de cura, empeñandome en eso día y noche, no obstante el retorno no era suficiente para sustentar a la familia ni a mi mismo.
Un día, mientras caminaba, se me ocurrio que, si realmente yo conociese a Dios, no enfrentaría un probllema tan grande. Yo creia en el versiculo bíblico que dice: "Nunca vi un hombre honesto mendigando pan". El error no podia ser de Dios o de la verdad; debia ser mio. Evidentemente, yo no era honesto en aquel sentido, evidentemente yo no tenia la idea correcta de providencia. Entonces, algo estaba errado.
El coralario era obvio: mi falta de comprención de Dios provocaba la situación.
A primera vista, parece imposible que una persona activamente empeñada en el trabajo espiritual, capaz de promover curas verdaderas, pueda no conocer a Dios, ni comprenderLo correctamente. Sin embarga pense: " Debe ser eso mismo. Las Escrituras estan en lo cierto. La falta es enteramente mia sin duda, no conosco a Dios" Queria por eso una prueba ver si conocia a Dios o no.
Me pregunte a mi mismo: ¿Qué es Dios? Comenze a dar todas las respuestas que probablemente se le ocurriran al lector.
Mientras percibia que las respuestas no podían ser Verdades, porque no eran de mi propio conocimiento. Yo estaba apenas citando: "Dios es amor" (Juan dice eso; yo no conocia eso); "Dios es la ley" (supongo que que Moises dijo eso; pero yo no conocia eso). La señora Eddy afirmo: "Dios es principio"- pero yo no conocia eso. Conclui que las cosas que yo sabia con respecto a Dios no correspondian a un conocimiento real de Dios, eran meras citas sobre Él, algo que los otros, y no yo, sabian a proposito de Dios. Yo sólo conocia citas, no conocia a Dios.
Ahora, conocer frases verdaderas sobre Dios y conocer al propio Dios son cosas muy diferentes. Refleccione entonces en que es Dios y que sabia yo al respecto. Ninguna respuesta. Empece, entonces a pensar en humanidad, en que es la humanidad, en lo que yo soy. Constate que Dios es el Yo de mi ser, y Yo soy - no mi humanidad, ni mi mente, poder o comprencion personal.
Dios constituye el Yo que yo soy. Dios es el yo que yo soy. Dios es la vida misma, la verdadera alma, la mente, la conciencia de las personas
Fim
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